Universal Music Group (UMG) se ha visto obligada a resolver una demanda por piratería contra Mavis Roy, residente de New Hapshire, EE.UU., debido a que ni siquiera posee computadora. Roy supuso que las cartas enviadas por los abogados de UMG eran una broma o una estafa y las ignoró durante meses. Su reacción es comprensible: la RIAA (Record Industry ASSociation of America) le emplazaba a realizar el pago de una presunta deuda con una tarjeta de crédito, lo cual hubiera hecho pensar a cualquiera que pudiera ser una estafa. UMG culpa del incidente a MediaSentry, el equipamiento lógico utilizado por la RIAA para combatir la piratería y que sirve para localizar las direcciones IP. El vergonzoso error ha obligado a UMG a pactar fuera de los tribunales por miedo a sentar precedentes legales a su ya de por si dudosa y desprestigiada campaña contra los fanáticos
Fuente: Electronista vía Alcance libre
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