Ojalá salga pronto de su confusión y pida una disculpa a los millones de mexicanos (y mexicanas) que agredió con un discurso mal planeado.
Y para los que no se enteraron, aquí está la transcripción del lapsus brutisimus que en el que presupone la obligación de todo ciudadano de creer en dios.
Una juventud que por sus condiciones sociales, familiares, educativas, por falta de oportunidades, tienen pocos asideros trascendentes que tienen poco que creer, que no creen en la familia, que no tuvieron; que no creen en la economía o en la escuela, que no creen en Dios porque no lo conocen
Y todavía más detalles al respecto en este artículo de La Jornada: Drogas: criminalizar a jóvenes y ateos
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